domingo, 8 de enero de 2012

PRISAS EN EL CONGRESO DEL PSOE





Hoy, 8 de enero de 2012, se reúne el Comité Federal del PSOE a fin de aprobar la ponencia-marco que servirá de base para la discusión del Congreso de febrero.

Las agrupaciones locales del partido, al menos en Madrid, disponen de esta semana para presentar enmiendas a dicha ponencia, lo cual da una idea de la precipitación con la que se lleva a término la discusión a través de los cauces orgánicos de los mandatos u orientaciones que llevarán sus delegados acerca de temas vitales para la organización.

Significa esto que el debate no es que sea secundario, es que, por lo que concierne al plano orgánico y oficial, es un mero trámite, una guinda para cubrir el expediente. No se puede decir que en los prolegómenos y precalentamientos del Congreso no hayan proliferado análisis, manifiestos y reflexiones que pueden arrojar algo de luz sobre el futuro cónclave socialista. Más interesantes los publicados en la prensa, a cargo de francotiradores de diverso pelaje y adscripción. En el ámbito estrictamente interno, aunque con proyección mediática, hasta ahora lo más relevante ha sido la aparición de documentos varios que se han limitado a constituirse en banderines de enganche de las diferentes candidaturas, que no tienen continuidad en cuanto a las propuestas ahí recogidas y los análisis “ad hoc” sobre la derrota electoral, por lo que, como es habitual, en nuestra cultura política, funcionarán como un mero estandarte para reforzar la imagen corporativa de la nueva marca, una suerte de márketing, de exhibición de músculo, de trampolín en la búsqueda de avales, de exteriorización de quiénes son los que están con uno (o con otra) de los dos candidatos que han salido a la palestra. Tanto los actos como los insólitos manifiestos de los acelerados conversos sirven para pasar lista y para contar, actividad esta última siempre muy importante si queremos ubicarnos en la realpolitik.

Las próximas semanas la actividad precongresual va a tener un ritmo frenético: elección de delegados a congresos regionales, que a su vez deberán designar sus propios representantes en el congreso federal, llamamiento a posicionamientos de militantes y cuadros clave, puesta en escena en los medios de comunicación de los mensajes y muestras de fuerza de los candidatos, llamadas, viajes, cenas, reuniones, promesas, presiones, saraos y lo que se tercie con tal de ganar adeptos a la causa. Y sumar, sumar, sumar. Contabilidad, mucha contabilidad, para disponer del sustento real con el que se puede iniciar una negociación, una ofensiva o un cambio de estrategia. Con las cifras se hace la política en un primer estadio. En un segundo plano están las ideas, las palabras más o menos provisionales o evanescentes, que sin las sagradas cifras son puras entelequias o a lo sumo eufónicas y ocurrentes frases que pueden convertirse en eslóganes o ser el estribillo de los mítines internos populistas o de las exposiciones didácticas en busca de más adhesiones.

Es posible que en este escaso mes que media entre el pistoletazo de salida y el día D salgan a la palestra algunas diferencias ideológicas, de concepto, de modelo de partido, de políticas diferenciadas entre los dos candidatos, si es que no hay una tercera vía sobrevenida (suponiendo que la polarización le deje un espacio no meramente testimonial y autoinmolador), cuyas señas de identidad se desconocen, pero cuyas probabilidades de viabilidad estarán ya al albur de la aritmética y quizá de los propios deslices y agravios internos que los dos aspirantes en liza vayan dejando por el camino.

De momento, los dos candidatos ya autoproclamados nos aseguran con el mismo grado de convicción y firmeza que su detergente es el que lava más blanco y vienen a copiarse y contraprogramarse las mismas promesas y a augurar grandes cambios y renovaciones que no echaron de menos cuando estaban en el gobierno y en la comisión ejecutiva. Su estrategia comunicativa, por el contrario, no siempre ha sido la misma. Cierto es que los rupturistas redactores de “Mucho PSOE por hacer” se desmarcaban tajantemente de las políticas que ellos mismos habían protagonizado, mientras que los de “Yo estuve allí” no renegaban tanto de su propio pasado inmediato. El único asunto, no obstante, que ha saltado al debate de forma que los dos candidatos tienen muy complicado decir lo mismo, es el de la cuestión territorial, tanto del Estado como del partido. Frente a la necesidad de un cierto giro hacia un partido unido y coherente y no tan disperso territorialmente, dardo lanzado por Rubalcaba a la militante de un partido hermano que no quiere ser el PSOE, la audaz respuesta de Chacón, en un amago digno de su maestro José Luis, hoy en el limbo, ha sido sacarnos un árbol genealógico en el que no falta comunidad autónoma ni pedanía con la que no esté emparentada. Así, ya nadie pondrá en duda que una hija de andaluz, nieta de castellana y aragonesa pueda ser presidenta de una España unida, pero plural. No sabemos cómo explicará su falta de pureza de sangre cuando tenga que contárselo a los depositarios del hecho diferencial de Convergencia y Esquerra, pero siempre podrá alegar sus servicios al catalanismo y al Estatut para que no la tilden de xarnega, pues, además, ha nacido en Catalunya.

Pero el asunto territorial es una cuestión que se deberá abordar en serio en el Congreso, tanto en la estructura interna del partido como en la necesaria reconducción del título VIII de la Constitución, especialmente inviable en el actual contexto europeo de control del déficit y especulación sobre nuestra deuda soberana. Como otras cuestiones de fondo que deben estar en nuestra agenda:

1. El papel del Estado de Bienestar en la sociedad actual.
2. Modelos de crecimiento económico y de políticas para responder a la crisis del euro, la especulación de los mercados y la estabilidad presupuestaria.
3. Criterios sobre el gasto público y la protección social.
4. Señas de identidad de la socialdemocracia en la Europa del siglo XXI.
5. Relación del partido con sus votantes y simpatizantes y con el conjunto de la sociedad en los intervalos entre elección y elección.
6. Funcionamiento interno del partido:
a. Toma de decisiones y trabajo en equipo.
b. Formas de articular la participación interna.
c. Selección de líderes.
d. Comunicación con la sociedad.
e. Listas abiertas, incompatibilidades, limitación de mandatos.

Todo esto no se puede hacer deprisa y corriendo, sin implicar a muchas personas en la discusión, sin contar con la gente, con ocurrencias de última hora. En la agenda de los que han tomado las decisiones ha primado la urgencia de contar con una nueva Comisión Ejecutiva que hiciera frente a las elecciones andaluzas con una sensación diferente a la de un gobierno cesante e interino encabezados por un líder y un vicesecretario desaparecidos en combate. También el hecho de que dejar pasar marzo podría provocar –si el resultado del PSOE en las autonómicas es adverso y pierde el gobierno- una disgregación notable en las agrupaciones y federaciones de Despeñaperros para abajo que haría más imprevisibles los resultados del Congreso Federal.

Si partimos del hecho de que no es pertinente precipitarse en cubrir el vacío de liderazgo del PSOE como necesidad mayor del partido en la dificilísima coyuntura en la que va a iniciar su nueva andadura, no se justifica que el debate interno y participativo (al que se alude vagamente en todas las promesas de cartón-piedra de los dos flamantes candidatos) quede tan jibarizado que hechos tan esenciales para nuestro futuro como analizar por qué hemos perdido, qué pasa en nuestro contexto internacional más condicionante, qué podemos hacer para presentar una alternativa creíble y atractiva a la derecha gobernante global y local y cómo actuamos interna y externamente apenas ocupen una línea entre los titulares sobre Fulano y Mengano. A los dirigentes salientes se les ha reconocido en los días de vino y rosas que eran maestros en la administración política de los tiempos. Pero los tiempos con los que se ha convocado este congreso federal obedecen a estrategias y cálculos que poco tienen que ver con lo que un partido como el PSOE necesita en este momento crucial de su historia.

Por eso, no les falta razón a quienes solicitan un aplazamiento de la reunión del máximo órgano del PSOE, que probablemente no prosperarán en su propósito. El Congreso, tal como está planteado, va a cerrar la elección de la ejecutiva. El resto de tareas que hacen falta quedarán aplazadas –quizá sine die- como asignaturas pendientes. Algunos comentaristas lo han definido, en estas circunstancias, como un congreso de transición. Pero no sabemos ni cómo ni a dónde va a transitar. Sí intuimos que nos espera una travesía del desierto en la que con viejos mimbres tendremos que construir un producto nuevo que haga frente a una de las peores crisis del capitalismo mundial, en esa Europa por la que tanto suspiramos durante años y que hoy nos hace contener el aliento ante un galopante pesisimismo, la incertidumbre, el miedo y la resignación colectivos. De ahí que no podamos conformarnos con un congreso alicorto que sólo reestructure el poder interno y se preocupe de consolidarlo y ampliarlo en los sucesivos ámbitos territoriales.

No nos podemos conformar de nuevo con la visión cortoplacista –todo se pega- con la que los protagonistas inmediatos de esta historia quieren salir del atolladero, y así seguir haciendo política con minúsculas.

2 comentarios:

  1. Cuánto nos jugamos todos en ese congreso, Mariano, hasta los que no somos del PSOE, y qué decepcionante es lo que está saliendo hasta ahora. Si hemos de guiarnos por lo que ha dicho Chacón en estyos últimos días, su propuesta va a seguir siendo la del zapaterismo, del que aspira a ser heredera: la venta de humo, pero, eso sí, ahora de fantásticos colorines. Y Rubalcaba, vaguedades, los pewriódicos de hoy mismo daban fe de ello. Y al lado, un extenso artículo en El País sobre las andanzas de Matas: ¿qué hay sobre eso, sobre la corrupción y el tremendo despilfarro de las taifas autonómicas? Tienes toda la razón: la patata territorial es la más caliente y, por lo que a ella respecta, Chacón da miedo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, coincido con lo que dices.
    He corregido el estilo, porque la entrada tenía más de una imprecisión.

    ResponderEliminar