viernes, 11 de julio de 2014

DESMONTANDO A PEDRO SÁNCHEZ

DESMONTANDO A PEDRO SÁNCHEZ.



La resistible ascensión de Pedro Sánchez
El 13 de julio los militantes del PSOE van a elegir por sufragio universal a su nuevo secretario general. Si tomamos como punto de referencia el número de avales logrados por los aspirantes a dirgir el partido, el candidato favorito sobre el papel parece que es el diputado madrileño Pedro Sánchez.

Más que avales, hipotecas
Es cierto que Sánchez ganó de sobra en avales, pero más que avales lo que tiene son hipotecas con los que lo han apoyado y que representan las fuerzas más conservadoras de un modelo de partido diametralmente opuesto al que él proclama en una campaña naíf y bucólica. Por eso, la tendencia marcada por el primer round de la elección interna, en el que la delantera la ha tomado el candidato oficial de los restos del aparato federal y una buena parte de los aparatos regionales, nos sitúa ante un panorama muy preocupante frente al que es necesario reaccionar.

Sánchez es el candidato que más gusta a la derecha
Si el respaldo del establishment interno no fuera suficiente, no deja de resultar curiosa y significativa la simpatía de los medios más reaccionarios, más inclinados a apoyar a Sánchez. ¿A qué se debe? ¿Es que piensan que Madina quiere cambiar de verdad las formas de hacer política? ¿O es que consideran a Pedro más maleable?

Sánchez, un hombre de Blanco y del aparato
¿Quién es Pedro Sánchez? El joven y sonriente diputado madrileño ha hecho toda su meteórica carrera política a la sombra de su mentor, José Blanco. El candidato más avalado de los tres en liza se ha presentado en sociedad como un militante inmaculado, sin pasado político, un representante de ese imaginario colectivo que son las bases, de las que también hablaban quienes fueron sus socios coyunturales, los hoy olvidados “Renovadores de la base”. El flamante candidato abandera pomposamente la regeneración democrática del partido. La construcción del personaje es una ficción comparable a cualquier montaje publicitario que se desinflará pronto como las pompas de jabón.

Pedro Sánchez ha ocultado todo el pasado que lo vincula al poder orgánico a cuya sombra ha crecido políticamente. No menciona que fue miembro de la Comisión Ejecutiva del PSM y ha dado a entender que su puesto en la Asamblea de CajaMadrid estaba ligado con carácter nato a su cargo de concejal, hecho que no se corresponde con la realidad.

Al servicio de Tamayo y los renovadores de la base en 2000
Estamos ante una persona que no tiene apenas currículum fuera de la política profesional del aparato, un fontanero que trabajó a las órdenes de Blanco en la secretaría de organización y que siempre ha figurado en las cuotas del todopoderoso Pepiño, primero en el Ayuntamiento de Madrid y después como diputado nacional. Recién llegado tras el 35 Congreso del PSOE a las tareas propias de un fontanero fiel y sumiso a su jefe, se puso manos a la obra para colaborar incondicionalmente con el trabajo de fajador de apoyo a la candidatura de José Antonio Díaz a la secretaría general de la FSM en 2000, pantalla del grupo de José Luis Balbás y Eduardo Tamayo.

Demasiado para Sánchez
Frente a la imagen de un hombre nuevo cuyo advenimiento procede de las bases socialistas y de la sociedad, lo cierto es que Pedro Sánchez es un exponente de la política profesional curtida a base de cooptación y adhesión incondicional al jefe. Y no se le conocen hasta que se ha iniciado el proceso electoral interno ni ideas ni posiciones ni compromisos con ningún proyecto político que no fuera su relación con el poder establecido. Escaso bagaje real para optar a la secretaría general.
El candidato de los aparatos ha demostrado hasta ahora tener buena presencia, una simpatía ensayada y un currículum notablemente vacío, lleno de imposturas, inexactitudes y vergonzantes ocultaciones. Nada más tiene detrás para ponerse al frente del PSOE en uno de los momentos más difíciles de su reciente historia, si exceptuamos los envenenados apoyos de los que ha gozado en toda su trayectoria política.

El 13 de julio se decide el futuro del PSOE
Es preciso que el 13 de julio los militantes elijan a un secretario general cuyas líneas de actuación estén en consonancia con el mensaje que les han dado los ciudadanos en los últimos procesos electorales, tan adversos para el PSOE. Y para ello no se puede construir un producto nuevo con unos mimbres tan viejos. Es imperioso evitar la victoria del candidato más vacuo y más continuista de una forma de hacer política que alejaría aún más a los responsables de la res pública de la gente que tiene que sufrir día a día la realidad de la política.


2 comentarios:

  1. Pues ha ganado (aunque me temo que ya te lo esperabas). Leí el sábado en "El País" un artículo de Madina al más puro estilo zapateril: un auténtico alarde de no decir nada aparentando grandes horizontes. ¿Sánchez es peor?

    ResponderEliminar
  2. Por sus obras los conoceréis. Me temo que sí, que es peor.

    ResponderEliminar