sábado, 16 de octubre de 2010
UNA MUESTRA MÁS DE ANTISEMITISMO
En la imagen vemos a Amin al-Husseini, el influyente Gran Mufti de Jerusalén, colaborador de los nazis y persona de confianza de Adolf Hitler. Era tío de Yassir Arafat.
Entre determinados medios que dan lecciones de un presunto periodismo de izquierdas, progresista y defensor de los derechos humanos se está alcanzando un antisemitismo tan grotesco y preocupante que nada tiene que envidiar a los tiempos franquistas de la “conspiración judeomasónica”, por no mencionar las terribles persecuciones de los nazis, uno de los hitos más crueles de la historia de la infamia. Porque el antisemitismo en Europa fue cómplice del holocausto hitleriano, a veces por pasividad y otras por colaboración.
Por eso causa estupor leer en Público una idea peregrina, que, además, se nos presenta como información, como un hecho contrastado, no como opinión. El periódico la aporta como un dato curioso de un supuesto periodismo de investigación.
Al parecer, en la franja de Gaza, como en otras áreas del planeta donde rigen inveteradas costumbres que algunos sostienen que “hay que respetar”, se está registrando un incremento considerable de crímenes contra las mujeres.
La sorprendente tesis postulada por el citado medio es que la culpa del aumento de dicha violencia contra las mujeres en la franja de Gaza es responsabilidad de Israel; es la consecuencia del asedio del régimen sionista.
En un periodismo de trinchera, adoctrinador, se puede llegar a disparates tan absurdos como éste, que restan cualquier crédito a quienes se apuntan a semejantes deformaciones de la realidad para contribuir al panfleto continuo, ocultador de la dictadura implacable de Hamás en la franja de Gaza y falsificador de la historia.
Por supuesto, es patente que la idea que subyace a esa “interpretación” de lo que sí es información contrastada (la opresión contra las mujeres crece en los territorios gobernados por Hamás) carece del más mínimo fundamento y del rigor informativo exigible a un diario generalista que no pretenda ser el amarillismo más cutrón. Y los redactores del citado medio tienen que saberlo, si es que no se han impregnado de un fanatismo oligofrénico y si no quieren ser unos “hooligans”.
La endeblez de la noticia-comentario habla por sí sola. Si en otros puntos del planeta donde gobierna el fundamentalismo islámico también se ejerce esa opresión contra las mujeres, ¿no es un poco zafio y ramplón, amén de rotundamente falso, echar la culpa a un enemigo exterior –en este caso los judíos- de un problema interno ante el que buena parte de los biempensantes mira hacia otro lado?
¿No habrá que plantearse que la primera solidaridad con la población que vive en la franja de Gaza sería ayudarles a liberarse de las consecuencias que un fundamentalismo religioso tan brutal, próximo a la barbarie, inflige a todos sus habitantes, especialmente a las mujeres, a las que atropella de forma inmisericorde? ¿O es que les importa un pimiento lo que está sufriendo la gente en esa zona y lo único que pretenden es buscar una excusa para arremeter contra Israel para seguir fomentando el odio irracional contra los judíos?
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